lunes, 4 de marzo de 2013

La voz del Señor sobre las aguas del gran mar...las naciones agitadas...

(Psalms 29:1)  Alaben al Señor, seres celestiales:[1]

 alaben el poder y la gloria del Señor,

(Psalms 29:2)  alaben el glorioso nombre del Señor,
 adoren al Señor
 en su hermoso santuario.[2]


(Psalms 29:3)  La voz del Señor[3] resuena
 sobre el mar;
 el Dios glorioso hace tronar:
 ¡el Señor está sobre el mar inmenso!

(Psalms 29:4)  La voz del Señor resuena con fuerza;
 la voz del Señor resuena imponente;

(Psalms 29:5)  la voz del Señor desgaja los cedros.
 ¡El Señor desgaja los cedros
 del Líbano!

(Psalms 29:6)  Hace temblar los montes Líbano
 y Sirión;[4]

 ¡los hace saltar como toros
 y becerros!

(Psalms 29:7)  La voz del Señor
 lanza llamas de fuego;

(Psalms 29:8)  la voz del Señor
 hace temblar al desierto;
 ¡el Señor hace temblar al desierto
 de Cadés!

(Psalms 29:9)  La voz del Señor sacude las encinas[5]

 y deja sin árboles los bosques.
 En su templo, todos le rinden honor.

(Psalms 29:10)  El Señor gobierna las lluvias;
 ¡el Señor gobierna cual rey eterno!

(Psalms 29:11)  El Señor da fuerza a su pueblo;
 el Señor bendice a su pueblo con paz.

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