Comenzamos de nuevo a estudiar el
libro de Isaías, una profecía tan real y actual para nuestra nación. Cuando
comencé mi estudio sobre este libro hace unos dos años, mi óptica era
diferente, era la de una llorona que veía lo que estaba sucediendo, le dolía en
lo profundo del alma y no podía hacer nada al respecto. Creo que esa óptica era
tan solo un tercio de la óptica con la cual debemos orar esta vez. Cuando
nuestra óptica como intercesores es acusadora solamente y no redentora,
desmayamos; por eso nuestros grupos de oración ahuyentan a las personas en
lugar de atraerlas…Definitivamente debemos ver el meollo del asunto pero con
ojos de redención por una experiencia y conceptualización diferente de quien es
Dios. Aquí entra la palabra que el Señor me dio a principios de año: que
veríamos Su misericordia y Su amor abundantemente este año. De manera que esta
vez, en lugar de ser tan solo un lamento, mi intercesión se estará convirtiendo
en una proclamación de la misericordia de Dios para esta nación, por medio de
una intervención divina que no consiste en aplicación de maquillaje sino de la
transformación profunda y completa de todo aquello que de verdad está mal. Mi
intercesión será ahora con miras de redención y de victoria más que de
aceptación del pecado en derrota. Todavía creo que Dios puede y quiere cambiar
al mundo! A mi nación! Y me quiere usar para ello…a través de la intercesión transformadora.
Qué privilegio!
El día viernes tuve una
experiencia muy interesante durante un tiempo de intercesión. Para comenzar,
pude percibir en mi espíritu un profundo respecto de las personas que asisten a
ese servicio. Son los honorables del Señor bajo cuyos hombros cae la
responsabilidad grande de llevar a cabo la palabra que Dios ha hablado para ese
ministerio. La gente intercedió fervorosamente delante del Señor…cantamos
alabando el nombre del Señor…experimentamos la Presencia y la Palabra rhema de
la noche. En un momento dado, la palabra del Señor vino y desafió a los jóvenes
que estaban presentes. El Señor demandaba la vida de 60 nuevos jóvenes para
este año y demandaba la presencia de los jóvenes en este tiempo de oración
porque Dios quería traer el avivamiento entre los jóvenes, la palabra del Señor
fue “Ustedes son el corazón de esta iglesia, quiero ver ese corazón fresco, palpitando…”
Eso me ha cambiado la manera de
ver las cosas. Tenemos el privilegio de haber sido llamados para participar en
la transformación que Dios está ya haciendo en este país y en nuestros
ministerios, a través de interceder en los tiempos y lugares y peticiones
específicas, según la santa convocatoria que hemos recibido. Si hemos sido
convocados, hay una oración específica que Dios espera que yo esté lanzando en
un momento kairos en un espacio geográfico determinado por el Capitán de las
Huestes. Como veremos más adelante, el Señor está convocando al remanente de
este país para que participemos y seamos testigos de Sus gloriosas obras y
portentos. Dios no llama a cualquiera, Dios llama a Sus amigos. Como Abraham
cuando el juicio de Sodoma y Gomorra, Abraham no fue pasado por alto, fue
tomado en cuenta por Dios.
Así que, Dios habrá de hablarnos sobre
lo que está haciendo y quiere hacer en nuestra nación. Nos dará a conocer las
cosas por anticipado, tenemos el privilegio de hacerle preguntas y escuchar las
respuestas antes de que sucedan, teniendo entonces la oportunidad de
proclamarlas anticipadamente mientras guerreamos para que esto suceda. De
manera que nuestra mirada tiene que levantarse por encima de lo que estamos
viendo en lo natural a proclamar lo sobrenatural por lo tanto proclamando un
tiempo de redención, de gozo, de alegría. Este es el tiempo de Éxodo 3, cuando
Dios visita a Moisés le dice que ha visto, ha oído y ha venido…Dios está cerca
de cumplir toda buena palabra que ha dado para esta nación por lo tanto hay una
santa convocatoria en esta nación para que el remanente se presente delante de Él
y le acompañe en el cumplimiento de esas promesas.
En lo que a mí respecta, asumo mi
responsabilidad de presentarme en esa santa convocatoria, que por este tiempo
se especializa en detener al enemigo del sur y traer paz y prosperidad a esta
nación, convocados los martes de 6:30-8:30pm en el repto Los héroes hasta el 31
de diciembre de 2013.
REVELACION DEL SEÑOR: El Padre que
engendra (redime) y guía a su hijo mientras crece, le enseña el camino del
bien, le enseña a caminar, le aconseja, le imparte conocimiento y
entendimiento, lo cuida y con ternura lo carga como el pastor carga a las
ovejas sobre su pecho, protegiendo, amando, cuidando, animando y revelándose a
ellos.
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