viernes, 21 de junio de 2013

No es la Iglesia la mala...es tu corazón



Me gustó esta imagen porque me recuerda un sueño que aún tengo en mi mente como si fue ayer y en realidad sucedió hace como 15 años.

Para ese  tiempo yo estaba en mis mejores monetos (de acuerdo a lo natural). Una carrera próspera, muy respetada en mi profesión, mucho mas joven...y por supuesto, me creía muy buena y espiritual, tanto que sin lugar a dudas debería de tener un lugar especial en el cielo, tal y como todo me sonreía en la tierra.

Hacía unos años había tenido una decepción muy fuerte con respecto a la iglesia a la que yo asistía. Sentía que no había Presencia de Dios, los mensajes eran aburridos...poco a poco sentía que me iba secando y para colomo de males, alguien de la iglesia me hizo una mala jugada por lo que descarté a "los cristianos" como persons digno de confianza. Decidí irme de la iglesia y para colomo de males, jamás nadie siquiera se dió cuenta de que me había ido...nadie me llamó...nada...en verdad me resultó cómodo tan solo desaparecer...la iglesia era mala!!!!

Decidí que conservaría mi fe y en esos dos o tres años, Dios me hablaba de maneras increíbles. En una oportunidad me reprendió a través del libro de Malaquías y aún hoy día recuerdo cada párrafo de ese libro. Aunque no era frecuente, el escuchar la voz de Dios de una manera tan intensa confirmaba mi percepción de que la iglesia era una farse y que uno podía alejarse de la iglesia y dejar de relacionarse con estos "cristianos hipócritas".

En la misericordia de Dios, comenzó a enviarme personas que me animaban a congregarme. Yo tenía fuertes argumentos y casi puedo decir que me reíade ellos..."para tener lo que hay en las iglesias mejor los invito yo a ustedes a que vean lo que yo tengo a solas con Dios". Y aunque no estaba del todo errada porque de verdad de vez en vez tenía esa revelación increíble de la persona de Dios a mi vida a través de cantos o de la Escritura, me estaba haciendo falta el calor del fuego de los hermanos.

Durante ese tiempo mi vida se desarrollaba bajo mi propia agenda. Escuchaba a Dios pero no le dejaba entrar en ciertas áreas de mi vida, al menos no como Señor. Como así había sido criada por mi padre terrenal, no venía a Dios hasta que de verdad tenía un gran problema que no podía resolver. El resto del tiempo me las arreglaba a mi manera. Deb decir que a Biblia era la Palabra de Dios que me consolaba pero no eran los mandamientos de Dios porque era "machista" y porque algunos de los principios en realidad me parecían obsoletos. Dios era para mi como un Padre distante, que intervenía solo si yo lo invitaba y hasta donde yo lo permitía. Yo me sentía como una hija adulta que tenía el permiso de hacer lo que quisiera y mi Padre me apoyaría.

Fue en ese contexto que comencé a sentir la presión de Dios para que regresara a la Iglesia. No tenía amigos y había dejado de confiar en las personas. En realidad debo decir que aún rodeada de mucha gente, esaba sola, luchando fuertemente contra lo que la vida me estaba enviando. No compartía con nadie mi mundo interior y no me daba tiempo de reflexionar si lo que hacía con mi vida estaba bien...mi gran propósito de vida era ser gerente...trounfar en mi carrera,, er importante. Lo demás estaba en un muy segundo lugar...

Una noche soñé que manejaba hasta un lugar enuna pradera. Me detuve en una asa de madera qe aprecía granero. Al acercarme vi que se trataba de una iglesia vieja, muy antigua. Encontré la puerta con un candado que de viejo ya estaba quebrado, por lo qu pude entrar facilmente. Al entrar me percaté de que era una iglesia porque habían bancas. Estaba vacía, había telas de araña y a través de algunas ranuras del techo se podían ver los rayos de la luz del sol penetrando la oscuridad del lugar. La escena era muy parecida a la foto que está aqui.

No comprendí que hacía en ese lugar cuando procedí a retirarme. Cuando estaba por darme la vuelta para ir hacia mi vehículo, noté con la esquina del ojo que algo se había movido...me percaté de que no estaa sola en aquel lugar....tuve temor y me asomé sigilosamente para ver que cosa era lo que se movía. Para mi sorpresa, lo que había alli era una imagen de Jesús de esas que se ven en las iglesias y la imagen estaba predicando!!!!!!!!!!!Podía ver e tono muscular nulo como elde un muñeco y la cabeza se movía como un robot. Me asusté muchísimo pero estaba perpleja y quise comprender lo que veía. Decidí moverme hacia el frente de la iglesia para observar detenidamente que cosa era este milagro (me suena a Moisés frente a la zarza).

Salí por la puerta por la que había entrado y m apresuré a visualizar esta escena desde lejos, de la parte de atrás de la iglesia...abrí la puerta con cautela porque no querí ser vista por esta imagen que hablaba  quería saber como es que lo hacía! Entonces desde el frente pude ver la escena mas claramente. Había una cruz de la cualcolgaban unos ganchos que, al parecer, habían estado sosteniendo la imagen de este Jesús, PERO EL SE HABIA BAJADO DE LA CRUZ!. Entonces con la mirada lo seguí hasta el púlpito desde el cual predicaba y para mi sorprsa era Jesús, mi amado Jesús!!! vivo!!! no era un muñeco, estaba parado allí on ropas resplandecientes y estaba hablando y se movía!! Estaba vivo y se había bajado de la cruz!! Sorprendida po la escena no me percaté que había abierto la puerta de par en par y me estaba acercando a El...ya no le tenía temor, era El, mi amado Jesús...El, como sabiendo que si se volteaba me asustaría, continuó predicando en un idioma que no comprendía con la mente pero sí con el corazón porque recibí el mensaje de amor, perdón y restauración mas profund que jamás haya recibido....lágrimas salieron de mis ojos...no podía dejar de verlo... Al final, solo me quedé allí parada escuchándolo...derramando mis lágrimas y estupefacta de su hermosura en ese traje blanco resplandeciente dicendo las palabras de amor mas consoladoras que jamás he esuchado.

Cuando desperté de mi sueño, inmediatamente volví a comenzar a soñar LO MISMO DS VECES. A la mañana siguiente supe que ese había dio un mensaje de Dios invitándome a que CLAMARA EL Y EL ME RESPONDERIA PORQUE ESTABA VIVO, ME ENSEÑARIA COSAS GRANDES Y OCULTAS QUE NO CONOCÍA. Decidí regresr a congregarme pero le pedí que fuera en una iglesia COMO LA IGLESIA DEL PRIMER SIGLO! Un mes mas tarde fui llevada a la igles en donde hoy me congrego desde hace mas de 15 años.

Quizá el mensaje es que a veces no nos damos cuenat d que estamos viviendo una vida espiritual descuidada, estancada, aburrida y no nos importa, no le prestamos atención, pensamos que estamos bien...de todos modos ya somos salvos!!! Sin embargo, el mas grande regalo quetenemos en la persona d Jesús es esa pequeña luz que ha llenado nuestros corazones, la luz del conocimiento de Dios. Esa smilla del conocimiento de Dios no ha sido dada para administrarla. Debemos crecer en el conocimiento de Dios a través de nuestra vida y de las circunstancias. Somos administradores de esa luz, de esa lámpara. No seamos como el siervo malo y perezoso de la parábola que e le dió a administrar un talento y lo enterró. No importa cuanto de Dios conocemos, esa cantidad de experiencia de Dios, de vida espiritual es para que la administremos y crezcamos, no solo en dones y talentos sino en conocimiento de Dios. Conocer a Dios restaurará nuestro templo interior, traerá a nuestras vidas la verdadera asoración a Dios por medio, no de canciones, sino de una vida con una agenda entregada a El. Su agenda en mi vida en vez de querer manipular a Dios a que realice mi agenda. Es ese fuego por el cual seremos medidos en el reino venidero y en este mundo en el final de los tiempos. Es con base a este fuego y no a las veces que fuimos a la iglesia, que seremos apartados como ovejas o cabritos, los amigos de Dios y aquellos a quienes Jesús dice que no conoce y que son hacedores de maldad porque no vivimos acorde a Su voluntad.

Vivamos y practiquemos las disciplinas espirituales para que podamos experimentar a Dios con mayor intensidad de modo tal que no necesitemos llenar nuestras vidas de placeres inferiore que sustituyen la verdadera grandeza, belleza, alegría, propósito que hay en Jesucristo.

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