Llevemos puesta simpre nuestra corona. No la perdamos a causa de los comentarios que otros nos hagan o si nos lastiman. El menosprecio y rechazo de otros no significa que debemos perder nuestra condición de herederos, nuestra nobleza.
Somos hijos del Rey, Príncipes y Princesas, respondamos con nobleza no porque los demás no se merezcan una respuesta similar a su ofensa, sino porque somos Hijos de nuestro Padre Dios que hace salir el sol sobre buenos y malos.
(Isa 61:3)
y a confortar a los dolientes de Sión.Me ha enviado a darles una corona en vez de cenizas,aceite de alegríaen vez de luto,traje de fiestaen vez de espíritu de desaliento.Serán llamados robles de justicia,plantío del Señor, para mostrar su gloria.
(1Co 9:25)
Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.
(2Ti 4:8)
Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
(Jas 1:12)
Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
(Rev 2:10)
No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.
(Rev 3:11)
He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.
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