Desde la edad de 6 a 13 años fui sexualmente abusado por un hombre. Mi madre me dejaba al cuidado de él y me había dicho que obedeciera todo lo que decía. Y así lo hice. Una vez cuando tenía 9 años, me armé de valor y le dije a mi madre lo que estaba sucediendo. Ella no me creyó y me castigó severamente...yo sabía que estaba mal, que era pecado pero no sabía que hacer...tan solo quería que alguien me creyera...lastima mucho el ser rechazado.
Cuando tenía 13 años, había crecido y era muy fuerte. En una ocasión este hombre se acercó a mi otra vez de manera inaporpiada y golpeándolo con un puñetazo le dije: "Si me vuelves a tocar te voy a matar" y de verdad lo creía así. Nunca mas me volvió a tocar pero yo estaba lastimado.
Creo que de seguir así, yo habría terminado en la calle, divorciado, perdido, vagabundo si no hubiera tenido la misericordia de haber conocido a Jesús a los trece años. Por supuesto que con mi personalidad habría sido de los vagabundos que llevan dos carritos de cosas que recogen de la basura....
Sin embargo, Jesús hizo la diferencia en mi vida. Decidí que no sería una víctima y que no era mercadería de segunda mano como muchos otros que son abusados terminan creyendo y conduciéndose en drogas, prostitución y demás.
Debo decirles que esto no habría sido posible si hubiera escondido esto dentro de mi. Contarlo a hermanos maduros en el señor me ayudó a superarlo. Estos hombres me tomaron y me aceptaron y amaron, me enseñaron la Escritura de forma relevante y me modelaron.
Hoy día cuando cuento mi historia, muchos hombres lloran porque han sido vícitmas de abuso sexual también pero lo han callado. Me atrevería a decir que al menos 1 de cada tres personas en este salón ha sido vícitima de abuso sexual. En algunos casos, hasta el 40% de personas lo han experimentado. Quiero decirle que Jesús es todo lo que necesitan para salvación pero necesitan ser sanados dentro del Cuerpo de Cristo. Creo que este asunto es uno de los mayores obstáculos que los cristianos tienen hoy día para compartir el Evangelio. No han podio experimentar a plenitud el Evangelio sanador y restaurados de Jesús. El abuso sexual impide que vengamos a Cristo apasionadamente y está impidiendo que muchos cristianos compartan el Evangelio.
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