domingo, 10 de marzo de 2013

No Nos Abandones...Isaías 2:5-9


 (Isaiah 2:5)  Venid,  oh casa de Jacob,  y caminaremos a la luz de Jehová.

(Isaiah 2:6)  Ciertamente tú has dejado tu pueblo,  la casa de Jacob,  porque están llenos de costumbres traídas del oriente,  y de agoreros,  como los filisteos;  y pactan con hijos de extranjeros.

(Isaiah 2:7)  Su tierra está llena de plata y oro,  sus tesoros no tienen fin.  También está su tierra llena de caballos,  y sus carros son innumerables.

(Isaiah 2:8)  Además su tierra está llena de ídolos,  y se han arrodillado ante la obra de sus manos y ante lo que fabricaron sus dedos.

(Isaiah 2:9)  Y se ha inclinado el hombre,  y el varón se ha humillado;  por tanto,  no los perdones.

Señor, muéstranos tu luz y tu verdad. Muéstranos tus principios y los valores y prioridades que tienes para esta hora, para esta nación. Deja que el desierto nos pruebe y los internalice en nuestro corazón para que produzca nuevos odres. Danos esa sabiduría aplicada para que las naciones nos admiren en el campo de los negocios, familia, religión, gobierno, comunicaciones, arte y entretenimiento y la educación. Danos la metodología, los medios y recursos, la capacidad de llevarlo a los montes para que el monte del Señor sea exaltado como el mas grande de los montes. Destruye todo lo que fue formado por leyes injustas, todo lo que puede sacudirse para que todo ídolo caiga y busquen al Señor. Ayúdanos a nosotros, tu iglesia, que no sigamos ocupados construyéndonos nuestros propios ídolos sino que de verdad te revelemos a Ti en la medida en la que tu te revelas a nosotros. (Dt 4:5-8), Sal 27:1; 43:3.

Señor, ha llegado el tiempo en que tu monte sea exaltado. Danos esa revelación profética que va a restaurar la economía de nuestra nación. Danos la estrategia de intercesión para que caigan los principados de maldad y corrupción. Señor, tu estás disgustado con esta nación a causa de la iniquidad...no nos vuelvas la espalda, no nos dejes a merced de nuestros pecados, iniquidades y maldiciones. Vuelvenos a ti.

Vuélvenos a ti, no nos dejes a nuestros propios recursos. No nos abandones a merced de os arrogantes que han vendido a nuestro país haciando alianzas malignas, trayendo costumbres del Oriente, agoreros, de los que pactan con extranjeros a causa de la seguridad militar, económica y a su idolatría. No nos dejes para que nos humillemos delante de los ídolos que se han levantado, lo que sus propias manos han creado.

No nos abandones. El hombre ha perdido su humanidad, su dignidad, el ser portador de Tu gloria. Separados de ti solo nos hemos degenerado cometiendo actos salvajes que ni aún los animales cometen. Apartados de ti los seres humanos dejamos de ser humanos y continuamos degradándonos. Vuélvenos a ti. Atraenos a ti, no nos dejes en nuestros delitos y pecados, no nos dejes a merced de nuestros propios recursos que son mínimos. Rescátanos Señor y que tu pueblo vuelva a ser llamado El Salvador y no por un nombre extranjero que ni conocemos.

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