viernes, 20 de septiembre de 2013

Vuélvete...




(Jer 31:18)  Escuchando,  he oído a Efraín que se lamentaba:  Me azotaste,  y fui castigado como novillo indómito;  conviérteme,  y seré convertido,  porque tú eres Jehová mi Dios.
(Jer 31:19)  Porque después que me aparté tuve arrepentimiento,  y después que reconocí mi falta,  herí mi muslo;  me avergoncé y me confundí,  porque llevé la afrenta de mi juventud.

(Jer 31:20)  ¿No es Efraín hijo precioso para mí?   ¿no es niño en quien me deleito?  pues desde que hablé de él,  me he acordado de él constantemente.  Por eso mis entrañas se conmovieron por él;  ciertamente tendré de él misericordia,  dice Jehová.

(Jer 31:21)  Establécete señales,  ponte majanos altos,  nota atentamente la calzada;  vuélvete por el camino por donde fuiste,  virgen de Israel,  vuelve a estas tus ciudades.

(Jer 31:22)  ¿Hasta cuándo andarás errante,  oh hija contumaz?  Porque Jehová creará una cosa nueva sobre la tierra:  la mujer rodeará al varón.
(Jer 31:23)  Así ha dicho Jehová de los ejércitos,  Dios de Israel:  Aún dirán esta palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades,  cuando yo haga volver sus cautivos:  Jehová te bendiga,  oh morada de justicia,  oh monte santo.
(Jer 31:24)  Y habitará allí Judá,  y también en todas sus ciudades labradores,  y los que van con rebaño.
(Jer 31:25)  Porque satisfaré al alma cansada,  y saciaré a toda alma entristecida.

Esta semana durante la reunión de oración, el Señor nos llamó la atención algo parecido a Jeremías 31:22, haciendo referencia a que nuestra pasión y compromiso por El todavía no es completamente fiel. La promesa por supuesto es que El nos hará regresar a El pero para ello establece dos condiciones:
1.       Que nos propongamos de corazón hacerlo
2.       Que examinemos nuestro corazón para ver en qué parte nos hemos alejado de la meta.

Pues encontré un artículo muy interesante en este blog de liderazgo:
¿Cómo podemos finalizar bien como líderes o tan solo como cristianos? Hay tres elementos que describen o definen mejor lo que significa terminar bien:
1.       Los creyentes que finalizan bien son aquellos que ahora ESTAN MAS ENAMORADOS DE JESUS QUE ANTES. Tienen una relación creciente de intimidad con Cristo y esta se traduce en una vida que tiene una fuente que va más allá del ministerio y la responsabilidad.
2.       Están más apasionados y comprometidos con la misión de Cristo que antes. Su enfoque es la misión de Jesús, contrariamente a enfocarse en su propia vida, sus sueños y emtas personales.
3.       Dan más sacrificialmente su tiempo y talentos que antes. Lo que tienen, lo que saben, lo que han aprendido está envuelto en Cristo no en las vanidades de la cultura. Escogen NO RETIRARSE sino invertir todo lo que tienen en otros y en una mayor expansión del reino.

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