martes, 17 de septiembre de 2013

Enviados por Dios







 Sentí la necesidad leer algo...no sobre los temas de los que estudio normalmente sino algo diferente...Solo por un momento, para distraerme mientras esperaba la clase de liderazgo que tenemos los Lunes en la Iglesia. Entonces, fijé mis ojos en un libro que compré hace como un año, es de Landa Cope y se titula El Modelo de Transformación del Antiguo Testamento. Comencé a leer los primeros capítulos y me encontré con el tema que nos corresponde analizar esta semana en el capítulo 6 de Isaías.

Su libro comienza con un episodio de TV en el que un presentador británico que desafiaba a la Iglesia diciendo que los cristianos creíamos que cuando muchos de nosotros vivimos en una comunidad, acababamos influenciándola para bien. El decía que estamos equivocados al creer esto. Mostró evidencias de como Dallas Texas, la ciudad mas cristianizada de lso EEUU (cristianizada en términos de mas iglesias por habitante), tenía indicadores de violencia, pobreza, injusticia, etc, tan alarmantes como los de cualquier otra ciudad no cristianizada.

Dice que ella quedó perpleja sin poder dar a este no cristiano una respuesta. Oró y lloró delante del Señor ya que, siendo líder misionera a nivel mundial y reconociendo las cifras de crecimiento cristiano en ese continente, notó como también la llegada del cristianismo no había impactado a Africa positiva y profundamente. Dice que le preguntó al Señor que cómo era esto posible y el Señor le respondió "La desolación que ves se debe a haber predicado sólo la salvación y amputado el resto del mensaje bíblico". 

Landa se refire luego a Lc 14:29-30 y Stg 1:4, principalmente Jn 17:4 en donde Jesús dice que terminó la terea que le había sido encomendada. Jesús no tomó sobre sus hombros mayor responsabilidad que la que le había sido dada en su limitada experiencia terrenal. El sabía que el resto de la obra lo continuaría la Iglesia a través de los siglos siguientes. Jesús supo lo que el Padre le había enviado a hacer y supo cuando lo había terminado..."Con bastante frecuencia, los obreros cristianos ni siquiera sabemos cuál es nuestra tarea y mucho menos si la estamos concluyendo bien. Dios no mira el pasado, mira lo concluído". ¿Está usted haciendo lo que Diso le ha llamado a hacer? ¿Lo acabará? ¿Cuál es la obra de la Iglesia? ¿Cómo sabremos si la hemos acabado? ¿Cómo evaluaremos y mediremos la obediencia de una generación como Cuerpo de Cristo? ¿Cuáles son nuestros objetivos concretos y cómo desarrollar estrategias y evaluar su validez? Responder a estas preguntas es fundamental para transformar una Iglesia grande en números en una Iglesia Influyente en el Siglo XXI. Gen 22:17-18 dice que estamos aquí para sojuzgar la tierra y administrarla para la gloria de Dios.

Presenta un dato curioso, las estadísticas dicen que menos del 5% de los misioneros están evangelizando en la ventana 10/40, la zona menos evangelizada del mundo. El otro 95% está en las zonas en donde menos del 10% ha escuchado las proclamas del Evangelio. SI esto es así, nos damos cuenta de que el enfoque de la Iglesia ha sido cumplir parcialmente la Gran Comisión. Hemos evangelizado pero no discipulado a las naciones. ¿Qué significa discipular a una nación? ¿Qué aspecto ofrece una nación discipulada? ¿Cuándo es una persona madura? ¿Cómo determinar cuando una economía está desarrollada? ¿Cömo se define la pobreza? ¿Qué factor determina que una pintura tenga calidad?

Para glorificar a Dios en nuestra generación debemos saber en qué consiste nuestra labor y llevarla a cabo.

Ese es el mensaje de ete verso de Isaías 6 para nosotros. El rpofeta supo sin oscuridad cuál era su comisión y cuál era el mensaje que habría de llevar, por supuesto a dónde habría de ir. Creo que Diso no solo pregunta a quién enviaré solo por preguntar...todo este encuentro sobrenatural con un solo invitado humano....imposible! Creo que Dios le pregunta al profeta si está dispuesto...Dios no nos fuerza... ¿De verdad queremos hacer lo que Dios nos ha mandado a hacer? ¿Estamos dispuestos a hacerlo? No es hasta que nos rendimos totalmente que Diso comienza a revelar el plan de nuestro mensaje  nuestro llamado...

En el Nombre de Jesús estamos decretando una temporada de rendición al Señor y disposición a escuchar qué e slo que quiere hacer a través de nuestras vidas y lanzarnos sin reservas como lo hizo David en su promesa en Salmo 132...No daré descanso a mis ojos ni viviré una vida normal hasta que la Presencia del Señor haya invadido mi nación en mi generación...

(Psa 132:8)  Levántate,  oh Jehová,  al lugar de tu reposo,
 Tú y el arca de tu poder.

(Psa 132:9)  Tus sacerdotes se vistan de justicia,
 Y se regocijen tus santos.

(Psa 132:10)  Por amor de David tu siervo
 No vuelvas de tu ungido el rostro.







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