Un cambio en el destino para el remanente

Desde hace un mes venimos estudiando la transformación que Dios hará en la vida de Su pueblo. La transformación espiritual  (29:15-24), comenzando por la transformación en la forma de pensar y las creencias (29:15-16); también habló del avivamiento mundial producto del cambio en la mentalidad (29:17-21) y finalmente, el tema de hoy, el cambio en el destino o la suerte de Jacob (29:22-24). Cada etapa en el proceso de transformación es esencial y requisito para la que viene.

En el relato del texto hasta estos momentos la suerte de Jacob estaba asegurada, han sido escogidos como oveja para el matadero; no porque la misericordia de Dios no alcanza sino mas bien porque se colocaron a la distancia de Su misericordia, practicando una religión falsa, solo de labios y por eso no teniendo acceso a la profundidad y actualidad de la revelación que Dios quiere darles y que es precisamente la que cambiaría su suerte o destino. Practicamente, las palabras de Miqueas lo expresan adecuadamente:

(Mic 2:7)  ¿Va a ser maldita la raza de Jacob? ¿Acaso Yavé se pondría nervioso? ¿Es así cómo procede? ¿No tiene más bien palabras de bondad para su pueblo, Israel?"

En los versos del texto de hoy se presenta una imagen, una visión sobre Jacob, el nieto del amigo de Diso con quien el pacto fue establecido originalmente. La visión de Jacob es de desánimo, de verguenza, de dolor cuando mira a las generaciones que provienen de sus lomos, que han abandonado el pacto con Dios y se han labrado un destino doloroso y vergonzoso...

(Isa 29:22)  Por todo esto, así lo declara Yavé, Dios de la familia de Jacob, El, que rescató a Abraham: "En adelante, Jacob ya no será defraudado ni tendrá por qué verse pálido,

(Isa 29:23)  pues, al ver a sus hijos de vuelta a su casa -gracias a mí-,se pondrá a alabar mi Nombre.

Festejarán al Santo de Jacob y temerán al Dios de Israel.

En el vesro 22 Dios llama la atención a "la familia de Jacob" y Abraham, es decir, Dios está volviendo los pensamientos hacia los propósitos antiguos, originales cuando hizo un pacto con Abraham. ESe pacto les garantizaba una herencia eterna y como casa de Jacob, Dios habla de cómo su destino estaba ligado a las promesas de las que Dios y Abraham hablaron. La Casa de Jacob no era cualquier casa...era la casa sobre la cual Dios se proponía establecer el fundamento sobre el cual haría nuevas todas las cosas.

(Gen 48:15)  Y bendijo a José,  diciendo:  El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac,  el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día, (Gen 48:16)  el Angel que me liberta de todo mal,  bendiga a estos jóvenes;  y sea perpetuado en ellos mi nombre,  y el nombre de mis padres Abraham e Isaac,  y multiplíquense en gran manera en medio de la tierra.

Jacob vió a su descendencia y, como todo padre, se preocupó por el destino de sus hijos; los bendijo con una bendición especial pero no sabía si ellos mantendrían el pacto...por eso en estos versos el ora y clama a la fidelidad de Dios mas que a su propia capacidad para mantenerse dentro del pacto y las promesas. Es muy parecido a Filipenses 1:6, estamos aqui en el camino de Dios por Su fidelidad y no por la nuestra. Aqui Jacob clama al Angel Guardián que cuidó su propia vida y se aseguró que lograra mantenerse dentro del pacto.

Qué preciosa oración para nosotros hoy, encomendarnos a la fidelidad de Dios y saber que El nos mantendrá dentro de Su pacto, no solo a nuestros hijos sino que además a los hijos de nuestros hijos de generación en generación. Aunque no lo merezcan, Dios garantizó a la descendencia de Jacob que los traería a Su regazo como la gallina que reune a los polluelos. Esta promesa es también garantía de protección. Me imagino que este angel es Miguel, el que pelea por Israel.

Este pasaje de verdad es inspirador porque nos habla de que Dios restaura a la nación de Israel y Jacob celebra; en nuestro caso, hemos visto cómo está perdida la nación de la Iglesia pero existe salvación en Dios y no en nuestras capacidades personales o santidad.

(Isa 29:24)  Los descarriados entrarán en razón y los rebeldes se dejarán instruir.

Este verso describe dos aspectos de la transformación personal: "Los que son obra de mis manos" son los que experimentarán la estabilidad en la vida. El Espíritu es la energía en la que se vive la vida. Los descarriados son los que no tienen firmeza, no viven bajo prpósito o sentido; sin embargo, aún ellos son los que adquirirán discernimiento para entonces poseer sabiduría en el significado de la vida. También abrá un espíritu enseñable y abierto ala verdad. Los que se quejan es una palabra que se encuentra solo en Dt 1:27 y Salmo 106:25:

(Deu 1:26)  Sin embargo,  no quisisteis subir,  antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios; (Deu 1:27)  y murmurasteis en vuestras tiendas,  diciendo:  Porque Jehová nos aborrece,  nos ha sacado de tierra de Egipto,  para entregarnos en manos del amorreo para destruirnos.

(Psa 106:24)  Pero aborrecieron la tierra deseable;  No creyeron a su palabra, (Psa 106:25)  Antes murmuraron en sus tiendas,  Y no oyeron la voz de Jehová. (Psa 106:26)  Por tanto,  alzó su mano contra ellos  Para abatirlos en el desierto,(Psa 106:27)  Y humillar su pueblo entre las naciones, 

 Y esparcirlos por las tierras.

Vemos en estos versos un amargo rechazo de la palabra de Dios, autoconmiseración, determinación en considerar lo peor de las cosas (pensar lo malo de los planes de Dios por ejemplo, negativismo), inflexibilidad paranoica en la comprensión de la vida. Esas personas aceptarán ser instruidas, aprenderán convicción, cambiarán su testarudez por instrucción verdadera.

(Deu 32:2)  Goteará como la lluvia mi enseñanza; 

 Destilará como el rocío mi razonamiento; 

 Como la llovizna sobre la grama, 

 Y como las gotas sobre la hierba;

(Job 11:4)  Tú dices:  Mi doctrina es pura, 

 Y yo soy limpio delante de tus ojos. 

(Job 11:5)  Mas  ¡oh,  quién diera que Dios hablara, 

 Y abriera sus labios contigo, 

(Job 11:6)  Y te declarara los secretos de la sabiduría, 

 Que son de doble valor que las riquezas! 

 Conocerías entonces que Dios te ha castigado menos de lo que tu iniquidad merece.

(Job 11:7)   ¿Descubrirás tú los secretos de Dios? 

 ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso?

(Pro 4:1)  Oíd,  hijos,  la enseñanza de un padre, 

 Y estad atentos,  para que conozcáis cordura.

(Pro 4:2)  Porque os doy buena enseñanza; 

 No desamparéis mi ley.

(Pro 16:21)  El sabio de corazón es llamado prudente, 

 Y la dulzura de labios aumenta el saber.

Gracias Señor por tu palabra, enséñanos tu ley y danos a conocer la senda de la vida.