Un Plan mundial con el pueblo del Señor en el centro

Isaías 45:18-25: La salvación de los gentiles para la Gloria de Israel

En el verso 18 se describen cuatro atributos del Hacedor de la Tierra:
- Yo la creé: significa que el iniciador del plan fue El y nadie más con El
- La compuse: le dió forma hasta que estuvo terminada
- La establecí: le impartió estabilidad
- Hizo: hasta que finalizó la obra.

Con ello lo que se da a entender es que el valor real de haber creado la tierra es precisamente que entendamos que El es Dios (salm 96:5).

La otra idea expresada es que la obra que Dios inció y terminó no resultó en algo fuera de significado, como si fuera un evento cualquiera, había un propósito. De lo que no era, se creó lo que era y de donde no había propósito se creó uno. Fuera de conocer a Dios y alabarle, la creación es una obra sin significado.

Cuando menciona que la creó para ser habitada es una expresión que causa asombro...en el centro de Sus planes estaba crear un pueblo para Sí, un pueblo a quien se daría a conocer tal y como El es.

El vs 19 dice que El no se escondió...básicamente lo que dice es que nunca habló en secreto ni con un mensaje oscuro o tipo rompecabezas; El ha hablado claramente un mensaje sencillo que puso al descubierto, no en un lugar oscuro sino en plena luz y claridad. Dios no ha hablado con un lenguaje engañoso ni traicionero; no ha hablado con promesas falsas que guíen a Su pueblo a encontrar no algo que carece de significado sino el verdadero significado. La Palabra de Dios no ha sido arena floja sino tierra sólida. El ha hablado lo que es correcto, lo que es justo, lo que es verdadero.

Los vs 20-21 hablan de los fugitivos de las naciones. podría tratarse de aquellos que sobrevivieron de las conquistas de Ciro y estaban entonces en la posición de apreciar lo que el Señor había hecho y esto es, la carrera de Ciro. Haberlo predicho le daba características únicas a Dios.

Ahora bien, Dios a través del profeta ha querido expresar que Su pueblo debería ver este acontecimiento de Ciro como una porción de un plan mayor, los propósitos eternos y mundiales de Dios. Estaba en los planes de Dios salvar no solo a Su pueblo Israel sino que hasta los confines de la tierra. Según estos versos, la evidencia de acogerse a este llamado es la adoración (rodillas) y la confesión (lengua).